jueves, 31 de marzo de 2011

MARIBEL REQUENA_ miércoles 30 de marzo_ arq&cia

















La mandorla por Maribel Requeña Barbellido


Def/ Dícese de aquella persona licenciada en Arquitectura que condiciona su tiempo/vida/trabajo al placer de desarrollar su ideal de mundo.

Los arquitectos románticos se encuentran a menudo con circunstancias desoladoras que les provocan un tremendo desconcierto e incentivan a cambiar el sentido y dirección de sus profundos ideales con el fin de desvirtuar el ideal de que una arquitectura hornada es posible.

Los arquitectos románticos reniegan de su tiempo libre con el fin de desarrollar lo mejor de cada encargo y con ello dejan parte de su vida atrapados delante de sus arraigadas convicciones.

Pese a haber perdido la ingenuidad,  mantienen la pasión por la arquitectura y conservan el talento, y han decidido tomar el control de sus vidas y construir su propio ideal arquitectónico pese a que ello les pueda llevar al fracaso más rotundo.

No carecen de memoria selectiva,  recuerdan apoyos y ayudas de quienes han estado a su lado en los buenos o malos momentos, ya sea colaborando con su trabajo ofreciendo ideas o con su simple presencia y amistad.Los seres con los que cohabita suelen ser conscientes del valor de  su constante trabajo y a menudo ven simplificado su propio trabajo en su beneficio.

Los arquitectos románticos son exigentes con sus amistades, dicha exigencia a menudo los deja solos ante las circunstancias. Carecen de diplomacia, delicadeza y ofrecen una dura, real y sincera opinión que a menudo silencian por evitar conflictos más que previsibles lo que les lleva a desarrollar una infinita paciencia que a menudo se ve desbordada por los hechos. Suelen ser reticentes a cambiar sus principios e ideas sobre todo si están completamente seguros de su viabilidad, por lo que aceptan mal según qué tipo de críticas.

Los arquitectos románticos no son seres invisibles.

Sus ideas no son etéreas y se materializan por su perseverancia. Cada idea es un proyecto y cada proyecto realizado es una batalla ganada que debe de ser correctamente reconocida por su valía.

Es una especie en peligro de extinción. Las generaciones más jóvenes son las más perjudicadas y por ello tienden a unirse intentando frenar el proceso a toda costa, muchos seres son eliminados en ese camino.
Los arquitectos románticos son seres extremistas, pasan de la euforia proyectual a la más profunda de las apatías y depresiones que suelen paliar con su perseverancia y tenacidad.

Los arquitectos románticos no son famosos, agraciados, no tienen un respaldo económico familiar abrumador, ni suelen salir en los medios, sus obras no son fotografiadas por grandes profesionales del medio, no desarrollan grandes textos filosóficos ni manifiestos que justifiquen sus hechos. Su interés real es intentar llegar a fin de mes y por ello simplifican y enfocan su esfuerzo hacia el éxito de ese menester.

A este tipo de especie le gustaría poder dedicarse a otra ocupaciones y carecer de tales hábitos que les provocan alegrías y desconciertos constantes, pero el instinto les impide realizar el cambio y la pasión es el motor de sus vidas.

No esperen un listado de ellos. Si algún día se los encuentran, trátenlos con cariño y ellos le serán correspondidos, ya que la buena arquitectura a menudo sale del corazón de estos extraños seres olvidados.

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