Nos explicó como de un hobby hizo su forma de ganarse la vida; ya en el piso de estudiantes donde pasó su vida universitaria se dedicaba a fotografiar las maquetas de sus amigos estudiantes de arquitectura.
“Los arquitectos son seres insatisfechos”, así define lo que para él es una cualidad del arquitecto, y lo que al final, caracteriza la calidad de su proyecto, su autocrítica; y su trabajo como fotógrafo es conseguir satisfacer cualquier expectativa, y si puede ser aportar un nuevo enfoque de la obra desconocido para el propio arquitecto.
Como escuela joven, nos pareció interesante cualquier aportación o guía que nos ofreciese sobre el material y la técnica necesarios, así, nos explicó que entre la fotografía profesional, la especialidad de arquitectura es de las que mayores medios técnicos y experimentales precisa, y como cada uno tiene sus “secretos”, lo compara con la magia; aclaró que en nuestro caso, la limitación de medios debemos usarla en nuestro favor, saber sacarle el mayor partido a las cámaras “compactas”, evitando encuadres cenitales, utilizando una mesa para mantener la horizontalidad,...
David Frutos dejó ver a un apasionado de lo que hace, y que busca superarse con cada nuevo proyecto, de alguna manera nos trasmitió ese cariño a su trabajo y a su visión de la arquitectura.
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